jueves, 24 de mayo de 2007

Cielo o infierno...

"Cielo o infierno,
dime en lo que crees,
yo creo en el infierno porque
parece que vivo en él..."
El otro día en clase, durante la exposición de María José (gran exposición, por cierto), se debatió sobre las verdaderas intenciones que puede tener una gran compañía, en aquel caso Google, para dotar a sus empleados de beneficios y facilidades.
Personalmente, creo que pueden darse dos tipos de intenciones en esta empresa: una directa, donde la intención es que los trabajadores estén a gusto en la empresa, con lo cual no querrán abandonarla y rendirán mucho más, amén de un efecto llamada que a largo plazo conseguirá que los mejores empleados terminen trabajando para esta empresa; la otra sería indirecta, donde la intención última es sugestionar al empleado hasta el punto de que llegue a "institucionalizarse", alienarse, y al final llegue a pensar que el bien de la empresa sea el suyo propio.
La versión indirecta queda muy bien reflejada en el libro 1984, de George Orwell, que os recomiendo encarecidamente. Personalmente creo que ésta es la que más se da en las empresas, ya que yo mismo he tenido un pequeño ejemplo en mi experiencia laboral. Los dirigentes intentan convencerte de que la empresa piensa en ti, que eres un miembro importante dentro del sistema, y con el tiempo terminas cayendo en el error de creerles. Pero nada más lejos de la realidad, y cuando ya no te necesitan, te dan la patada y a buscarse de nuevo la vida.
La idea directa, bastante más optimista, la llevo madurando desde hace cosa de un año. Mi idea es crear una empresa que consiga crear un pequeño "universo" alrededor de ella, aliándose con empresas de distintos sectores, con el fin de otorgar a sus empleados de un abanico de productos y marcas a precios competitivos.
La estructura sería la siguiente: conseguir vínculos con distintas marcas de tal manera que se obtengan integraciones verticales y horizontales, eliminando así el valor añadido, dando como resultado precios más bajos. De estos precios podrían aprovecharse los empleados.
Cuantos más acuerdos se consigan, mayor será el abanico de posibilidades al que puedan optar los trabajadores: Imagina una empresa que te consigue un seguro médico privado, una educación más completa para tus hijos, un carro de la compra más barato, entradas para el cine, el teatro, fines de semana en balnearios, etc.
Casi estaríamos hablando de un pseudoestado, todo ello otorgando beneficios, ya que lo que se ofrece es un precio menor al de mercado, pero no al de coste. Por otro lado, cuanto mayor sea el volumen de empleados, mayor será la demanda de los productos relacionados con la empresa, por lo que a la empresa le interesa mantener un número importante de trabajadores.
Además, sería el colchón perfecto en caso de crisis, pues te estás asegurando una demanda fija, que variaría de forma mínima frente a las fluctuaciones económicas.
Este caso que acabo de tratar no sólo se puede realizar en empresas importantes, ya que las PYMES pueden llegar a acuerdos entre ellas, donde una podría ganar precios reducidos para sus empleados y otra, por ejemplo, una mayor demanda y difusión de sus productos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen post, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Muchos saludos, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!