miércoles, 9 de enero de 2008

Estoria: Día 2.3

Tras dos días en aquel lugar, el desconsuelo por haber sido desterrado de la tierra que él mismo había convertido en paraíso se tornó en odio. Odio hacia aquél que le había desterrado a un lugar tan desolado y estéril que ni el tiempo parecía querer saber nada de él. Pero ese odio contenido estaba a punto de explotar, sabía que su situación no era justa, así como la de cualquier hombre o mujer que allí vivían. Por eso mismo, estaba convencido de que no sería demasiado difícil que la crispación que se respiraba en el ambiente se convirtiera con facilidad en una revolución. Se propuso organizar a cada ser humano que encontrara con fuerzas suficientes para luchar en pro de una liberación, para así formar un ejército lo bastante grande como para recolonizar su tierra. Nunca más el nombre de Lijón sería asociado con la injusticia.
-¡Oye tú!, pareces nuevo, ¿cuándo llegaste?- Un hombre grande, sucio y con cara de arrogante se dirigió a Norton. Era la primera persona que le hablaba en tres días, y no parecía ser demasiado amistoso.
-Llegué anteayer-. Respondió Norton- Fui expulsado de mi hogar, al igual que todos vosotros, de la misma forma injusta y caprichosa que todos vosotros. Pero yo no pienso quedarme aquí, pienso volver y ajusticiar a aquél que me desterró de mi propia tierra.
El hombre lanzó una sonora carcajada. Estaba rodeado de tres niños pequeños, que debían ser sus hijos, y de una mujer muy delgada, que tenía problemas para respirar y mantenerse en pie; parecía muy enferma-. ¿Con qué piensas destruir este muro?¿Y qué ejército tienes capaz de derrotar a Masid?.
-No necesito nada para destruir este muro, porque no necesito destruirlo. Y tampoco necesitaré un ejército, porque el clamor popular de toda esta gente será más poderoso que cualquier tropa de mercenarios que Masid sea capaz de pagar. Si conseguimos convencer a toda esta gente de que se levante contra su destino, podremos recuperar nuestra libertad.
-Bien, supongamos que reúno a todos los desterrados y les convenzo para que se unan a tu causa, sigue quedando un asunto pendiente, este muro es irrompible-. El hombre grande hizo un gesto con el brazo señalando el muro que separaba el País Muerto de la ciudad de Lijón.
-Ya te he dicho que no necesito nada para destruir este muro, porque no necesito destruirlo. Existe un alcantarillado que conecta la zona industrial con este lado del muro. El problema es que está muy escondido...pero yo sé donde está.
En ese momento, al ver la seguridad que destilaban las palabras de Norton, el hombre le miró fijamente y le preguntó-¿Y tú cómo es que sabes de la existencia de ese alcantarillado?
A lo que Norton respondió –Porque yo mandé construirlo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Splendidly done is better than well said.

Anónimo dijo...

Artistically done is sick than extravagantly said.

Anónimo dijo...

Well done is richer reconsider than well said.

Anónimo dijo...

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[url=http://asanetwork.webs.com/apps/profile/profilePage?id=54280822]Jenna[/url]


Linda

Anónimo dijo...

We should be meticulous and perceptive in all the par‘nesis we give. We should be especially aware in giving advice that we would not dream up of following ourselves. Most of all, we ought to evade giving advise which we don't imitate when it damages those who transport us at our word.

soldering gun

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

A comfortable beloved majority is the prize of a well-spent youth. As a substitute for of its bringing sad and woebegone prospects of disintegrate, it would hand out us hopes of unwavering adolescence in a bettor world.